sábado, 14 de mayo de 2011

Viaje solidario a Las Jarillas

El día Domingo 8 de Mayo emprendimos un nuevo viaje con los muchachos del Club. En esta oportunidad nos convocó la solidaridad con la Escuela Nº96 de Las Jarillas, ya que a ella arribamos con una enorme carga de ropa, juguetes y golosinas para los chicos.
Salimos con nuestro cargamento a eso de las 9 hs. (el amanecer para algunos), el cual era llevado en su camioneta por un amigo del grupo, "El Gaucho". También nos acompañó en su camioneta otro motoquero sin moto, Darío Callejas, el cual no tiene una porque su preocupación por hacer plata no lo deja destinar un sencillo para comprarse una. 
Cuando llegamos a la Escuela nos esperaba personal del establecimiento con desayuno para todos y el problema de que no tenían agua en el tanque, ya que la bomba no funcionaba bien. Los MacGyver del grupo corrieron a solucionar este drama, contando con la ayuda del hombre araña para colocar la manguera en el tanque.
 Es oportuno mencionar que algunos integrantes del grupo llegaron con sus motos semidesarmadas (los carenados se aflojaron con el serrucho y los pozos del camino), y aprovecharon para adjudicarle el problema al mecánico de ellas, que como las entregó a última hora no tuvo tiempo de ajustar bien los tornillos, pero como hay un Dios que nos mira a todos desde el cielo las vueltas de la vida le darán el desquite a estos jóvenes con ansias de venganza.
Se aprovechó la oportunidad también para reparar algunas laptops que tenían los chicos (sobre todo problemas de software), e inclusive se les colocó la imagen nueva que trae mejoras de conectividad y parcha algunas actividades.
Luego de hacer entrega de lo recolectado para esta visita, salimos hacia La Vilduca, lugar donde nos esperaba un locrazo (hecho por la familia Guardia), asado y unos buenos vinos para calmar la sed.
La sobremesa de descanso estuvo amenizada por los comentarios de Miguel que no paró de hablar en todo el viaje, y permitió expresarse al resto solamente cuando él tenía la boca llena.


Ya habiendo descansado, partimos hacia la localidad de El Tala, en donde hicimos una parada para sacarnos la tierra de la boca, lo que nos obligó a tomarnos unas cervezas y gaseosas para tal fin.

Cumplida esa tarea, y sin más nada que hacer, emprendimos el obligado regreso a nuestros hogares, en donde esposas, novias y demás nos esperaban con un recibimiento cálido por la misión que habíamos cumplido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario